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La Ruina Invisible

Leonardo Almao + Manuel Vásquez-Ortega


Hoja de artista


I.


Toda fotografía es un hecho contingente. Es decir, que puede (o no) suceder. Bajo esta premisa, encontramos en el hallazgo fortuito de una imagen una circunstancia para cavilar sobre cómo y por qué este material ha llegado a nosotros -más allá de los azarosos eventos que permitieron su existencia. ¿Cuánto tiempo ha vivido y de cuántos intentos de destrucción se ha librado? ¿Cómo ha logrado superar a la barbarie y qué memorias contiene?


De manera ineludible, estas preguntas surgen al enfrentarnos a las imágenes encontradas por el artista Leonardo Almao, quien desde su fascinación por el archivo, la poesía y el fragmento dota a sus descubrimientos documentales de nuevas connotaciones y significados. Así, en La Ruina Invisible [1], tal trapero de Baudelaire, Almao colecciona y cataloga “todo aquello que la gran ciudad ha rechazado, todo lo que ha perdido, todo lo que ha desdeñado, todo lo que ha roto” [2].




Leonardo Almao. Invisibilidades, 2021. Fotografías analógicas intervenidas


 

II.


En este proceso de aguda revisión, Leonardo Almao camina a ras de suelo entre la ciudad y la historia en la búsqueda de símbolos destrozados a raíz de la pérdida. En el cuerpo de una ruina donde el pasado se hace presente en sus residuos, en una derrota colectiva que se materializa en el desvanecimiento de paisajes, edificios y monumentos, en los que un grupo determinado de individuos se reconocen a sí mismos a través de los recuerdos de un pasado en común.


De esta manera, la ausencia y la desaparición de la estatuaria nacional se convierte en un tema de reflexión sobre un otrora difuso, alterado y perdido que evidencia que nada se lamenta si nada se conoce. Pues, mientras al rededor del mundo vemos caer estatuas y arder monumentos en miras al establecimiento de nuevos discursos, en Venezuela, las ruinas de efigies, bustos, placas y memoriales son habitadas desde los mitos compartidos de un pasado aparentemente glorioso. Un tiempo dejado atrás al que se vuelve como turista contingente de un relato ajeno, fotografiado desde la ausencia de vínculos tanto identitarios como emocionales.






Leonardo Almao. Invisibilidades, 2021. Fotografías analógicas intervenidas


 

III.


Si todo objeto descartado del pasado pertenece al mundo de los vencidos, podríamos pensar entonces que -más allá de la orwelliana creencia de que la historia la escriben los vencedores- la narración de Almao plantea una visión aleatoria, según la cual “todo lo que ocurrió podría haber acontecido de otra manera”[3] . Así nos encontramos frente a la posibilidad de un relato sin ídolos, ni altares, ni imágenes de una nación heroica (mucho menos escenas épicas convertidas en iconografías).


Desde este vacío, Almao recupera lo propio del archivo: su cavidad y su ser horadado, su naturaleza de enigma sin solución que -como estrategia plástica y poética- hace de sus orificios y borramientos el resultado de censuras arbitrarias o inconscientes, de destrucciones, de agresiones o de actos de fe sobre el registro de una situación inexistente. Pues, aunque muchas de las estatuas documentadas originalmente en los hallazgos de Almao puedan aún estar en sus pedestales, ¿no son la huella y ruina de una realidad extraviada? ¿No son imágenes contingentes de lo que pudo ser y no fue?





Leonardo Almao. Sombras mudas, 2021. Fotografías analógicas intervenidas, rotulador


 

IV.


Como registro de lo desaparecido, las obras presentes en La Ruina Invisible versan sobre un escenario sutil, pero que hace presencia desde un misterioso lugar en el que la memoria destruye los últimos restos. En este paisaje dominado por el tiempo, las imágenes intervenidas por Almao invaden el terreno del documento para hablar desde un intervalo particular, “un espacio sin señalar entre el referente y su significado” [4] que permite a quienes las afrontan discernir, divagar o especular sobre la decadencia, la nostalgia y la decepción de un país, manifestada en las figuras pedestres y ecuestres que estructuran su relato histórico.


En estas, memoria y trauma nos permiten entrever recuerdos de genocidios y guerras, éxodos y hambruna, precariedad y abandono, en los que el tiempo se detiene y solo avanza hacia su decadencia. Desde allí, la ruina y su culto artístico nos permiten ver mucho más que la expresión de desesperanza de la caducidad humana, sino también la materialización de la inconformidad de un individuo que se siente profundamente defraudado con su propio tiempo: el nuestro.





Leonardo Almao. Sucre, 2021. Fotografías analógicas intervenidas

 

[1] La Ruina Invisible es una muestra de trabajos recientes del artista Leonardo Almao, realizada en los espacios de Cacao Cultura, en la ciudad de Valencia, Venezuela.


[2] Charles Baudelaire, “Du vin et du haschisch”, en Walter Benjamin, Charles Baudelaire, París, Payot, 2002.


[3] Nicolas Bourriaud, La Exforma, Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editoria, 2015.


[4] Charles Merewether, “Perturbación en el archivo” en: Más allá del documento (2000). Madrid, Museo Nacional de Arte Reina Sofía.


 



Leonardo Almao (Valencia- Venezuela, 1986)


Artista visual egresado de La Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena (2009), actualmente residenciado en Valencia, Venezuela




Manuel Vásquez-Ortega (Aragua, 1994)


Arquitecto por la Universidad de Los Andes (2018), profesor e investigador, actualmente residenciado en Mérida, Venezuela




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