Venezuela vive hoy un período de “desconcertante incertidumbre” que nos ha llevado a ser noticia en todo el mundo y sobre todo en los países vecinos. Una de las consecuencias de esta situación es el desplazamiento masivo, la dispersión de personas hacia otros países del sur del continente, entre otros lugares del mundo.

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Para Somos cuerpo, somos territorio, somos e-in migrantes, Malu Valerio trabaja como un agente social. Aprovecha su residencia artística en Lugar a dudas –centro de arte contemporáneo en Cali, Colombia, cuyo eje de interés se ubica en las intersecciones y los márgenes entre las artes visuales, las prácticas culturales y la búsqueda de diálogos incluyentes y expansivos que ofrezcan nuevas visiones sobre la realidad inmediata– para, desde una perspectiva particular, presenciar la realidad que viven “los caminantes” y crear colectivamente con algunos de ellos a partir de una de sus prácticas recurrentes: el bordado.

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El producto de su estadía acaricia los linderos y sobrepasa lo artístico en sí. Aún está en decantación, es un ejercicio procesual. Busca llamar la atención y retar a las personas a participar. Abre campos cercanos a la sociología, la psicología o al de un trabajador social. Indaga en comunicar la experiencia obtenida, producto de la observación, la vivencia y la participación con distintas personas. Es una forma de conocimiento que la artista transforma en objetos para señalar lo que está sucediendo, ante una situación determinada, que llama la atención. En tal sentido, lidia con una serie de cuestiones importantes, conectadas con la migración, la movilidad, la violencia, los derechos humanos, entre otros temas de reflexión social de interés para Valerio.

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Yuri Liscano Manzano

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